Dutch Schultz
Arthur Simon Flegenheimer, mejor conocido como Dutch Schultz o “el holandés” fue uno de los mafiosos más conocidos del mundo. Hijo de inmigrantes judío-alemanes nació en Estados Unidos el 6 de agosto de 1902. Era un hombre despiadado y cruel; considerado como un auténtico prodigio del crimen, en un corto periodo de tiempo había matado a 136 personas. Su carrera delictiva tuvo un ascenso meteórico, llegando a convertirse en un delincuente de la talla de Jack “legs” Diamond, Lucky Luciano o Al Capone.
En 1919 fue aprobada la prohibición, lo que permitió a Dutch y a otros mafiosos dedicarse al fructífero negocio del contrabando de alcohol. El holandés rápidamente consiguió hacerse de mucho dinero y consolidar un poderoso imperio criminal en Nueva York. Poseedor de diversos bares clandestinos decidió diversificar sus negocios y optó por el mundo de las apuestas. A medida que se acercaba el final de los años 20, las actividades del holandés generaban más de 20 millones de dólares al año.
El tesoro del holandés
A pesar de su gran imperio, Dutch Schultz se encontraba en una situación vulnerable ante las leyes federales de evasión de impuestos sobre la renta. Temeroso de que en cualquier momento pudiese parar en la cárcel decidió ocultar parte de su fortuna. Así que, una noche, en su escondite en Bridgeport Connecticut, se reunió con sus secuaces más confiables. Entre los sicarios que se encontraban en la guarida estaban Bernard Rosencrantz, también conocido como “Lulu” y Marty Krompier.
En una caja fuerte depositaron fajos de billetes de miles de dólares, diamantes, gemas, monedas de oro y bonos libertad. La caja fue cerrada y Dutch guardó la única llave. Esa misma noche, él y Lulu, viajaron a través del río Hudson, recorriendo un pueblo de Nueva York que Schultz conocía bien llamado Phoenicia. Al llegar al lugar elegido, Bernard se ocupó de enterrar la caja mientras su jefe tallaba una “X” en el tronco de un árbol cercano. Una vez cumplido su cometido, el holandés hizo jurar a Rosencrantz que guardaría el secreto de la ubicación del tesoro.
Sin embargo, Lulu no pudo mantener la boca cerrada y tardó poco en revelarle a su colega Marty la ubicación de la caja, incluso, le hizo un mapa. Krompier tampoco era hábil guardando secretos y una noche le habló del tesoro a una mujer rubia. Los rumores acerca del tesoro del holandés no tardaron en esparcirse por los bajos fondos de Nueva York y muchos mafiosos se dedicaron a buscarlo.
Dutch Schultz acorralado
Schultz tenía un peligroso adversario, se trataba del fiscal Thomas E. Dewey, quien se había propuesto encarcelar al gánster. Dewey consiguió llevar a Dutch a juicio en dos ocasiones, de las que salió absuelto gracias a haber sobornado a los jueces.
Sin embargo, el fiscal estaba dispuesto a conseguir su objetivo y llegó a convertirse en una verdadera molestia para el holandés. Después de los juicios, el criminal se trasladó a su sede de Nueva Jersey. Allí se reunió con miembros del Sindicato Nacional del Crimen para proponerles matar a Dewey, pero estos se negaron a exterminar a un fiscal.
La muerte de Dutch Schultz
Ante la negativa, Schultz decidió que sería él mismo quien se ocuparía de aniquilar a su enemigo y se ocupó de promulgar su plan. La noticia llegó a oídos de los miembros del sindicato y estos decidieron que lo más conveniente era borrar del mapa al holandés.
La noche del 23 de octubre de 1935, cuando Dutch estaba con sus secuaces en el Chop House Palace de Nueva Jersey, dos hombres entraron y les dispararon. Schultz fue trasladado al hospital y en su habitación la policía instaló a un taquígrafo para que tomara nota de todo aquello que dijese. Pero en su delirio solamente decía frases incoherentes y sin conexión. Tras casi 22 horas de agonía, el holandés fallece el 24 de octubre de 1935 a las 20:35 y su guardaespaldas Lulu murió unas horas antes.
Paralelamente, Krompier se enteró que aquella rubia a la que reveló el secreto del tesoro era amiga del mafioso Jacob Saphiro. El día de los disparos en el Chop House Palace, Marty fue alcanzado en una barbería por sicarios de Saphiro, quienes le dispararon y le robaron el mapa.
Krompier consiguió sobrevivir pero nunca pudo localizar el tesoro. Muchos mafiosos y caza tesoros lo han buscado, pero los esfuerzos fueron en vano. Actualmente se piensa que la caja fuerte que enterró el holandés sigue oculta, puesto que nadie ha cobrado ni uno solo de los bonos libertad. Hoy en día ese tesoro tendría un valor de aproximadamente 50 millones de dólares. Quizás ya se construyó alguna casa encima del lugar donde fue enterrado o tal vez, fue talado aquel árbol marcado con una X. Lo único que tenemos claro es que la ubicación de esas riquezas, en algún lugar de Phoenicia, sigue siendo un misterio sin resolver.