¿Qué es el ritual del UrushDaur?
Los dioses de la antigüedad se caracterizaban por su desprecio al ser humano por ello eran crueles y perversos con las personas. Sin embargo, existían algunos individuos que llegaban a caerles en gracia por lo que les otorgaban dádivas y poderes especiales. Uno de esos dones obsequiados a los sumerios por sus dioses fue el ritual del UrushDaur que literalmente significa “arrojar el alma por medio de la sangre”.
Se sabe de la existencia de este rito gracias a unas esferas de terracota encontradas en la antigua ciudad de Eridú, en la actual Iraq. Este enclave estaba ubicado a 24 km al sur de Ur, en el actualmente conocido yacimiento arqueológico de Tell Abu Shahrein. Dichas esferas no se han podido datar adecuadamente, pero se cree que tienen una antigüedad de aproximadamente 12,000 años, fecha que coincide con la que se atribuye al Diluvio Universal.
Según la tradición sumeria, Eridú era la más antigua de las ciudades y la más importante ya que allí fue el lugar en el que “la realeza descendió del cielo”. De ella se decía que: “No había crecido una caña, no había sido creado un árbol, no había sido hecha una casa, no había sido hecha una ciudad y las tierras eran mar cuando Eridú fue creada”.
El UrushDaur es un complejo ritual que permite poseer y arrebatar el alma de una persona para que otro pueda instalar la suya en ese cuerpo. En las esferas encontradas se relata con todo lujo de detalles el procedimiento para efectuar este rito. Estas se encuentran celosamente guardadas por motivos de seguridad debido a su peligroso contenido. Se sabe que existe una copia de ellas perteneciente a una colección privada en Valencia, España.
¿Cuándo se efectuaba el UrushDaur y quiénes eran aptos para el ritual?
Para los sumerios la búsqueda de la belleza física no era una prioridad, así que esto no justificaba la utilización del ritual. Por la complejidad y el coste que implicaba realizar el UrushDaur se recurría a él solamente en tres tipos de ocasiones muy concretas. La primera, era cuando alguien sufría una deformidad física o alguna enfermedad severa para poder sustituir ese cuerpo enfermo por uno sano. La segunda era cuando capturaban a algún enemigo, para infiltrar a uno de los suyos en las filas opuestas. La tercera, era para usurpar los cuerpos de algún príncipe o heredero, introduciendo un espíritu amigo en el cuerpo del legítimo sucesor. Quizás de aquí se desprenda la parte de la leyenda de Excálibur, que afirmaba que solo el espíritu del elegido legítimo podía extraer la espada. ¿Sabían algo los británicos acerca de este rito?
El ritual del UrushDaur solamente era accesible para nobles o reyes, debido a los altos costos que implicaba su ejecución. Los sacerdotes que llevaban a cabo el ritual pedían grandes sumas y favores como pago por el trabajo realizado.
Los sumerios tenían la creencia de que el alma humana se iba fijando al cuerpo conforme el individuo iba creciendo. Por esta razón, los candidatos del UrushDaur debían ser niños y adolescentes. Según las tablillas, las edades ideales para realizar el rito en varones iban desde los 8 a los 14 años y en mujeres desde los 8 hasta los 21.
Los sumerios, hicieron una estadística que medía la efectividad del ritual. Ellos dejaron plasmadas en una de las tablillas que el rito tenía éxito en: “40 de cada 60 niños pequeños, 30 de cada 60 niños mayores, 25 de cada 60 adolescentes; 12 de cada 60 jóvenes, 3 de cada 60 personas maduras y 1 de cada 60 ancianos”.
¿En qué consiste el ritual?
El postulante, es decir, quien deseaba obtener un nuevo cuerpo debía ingresar al servicio del templo durante un tiempo no menor a 6 meses. Durante su estadía era sometido a brutales pruebas físicas y mentales, para que el sacerdote pudiera determinar si se trataba de un “espíritu transportable”. Si el aspirante demostraba ser apto, entonces, al año siguiente comenzaba la segunda fase del rito, denominada inmersión.
En esta etapa, el postulante era sometido a un brutal tratamiento para separar el alma del cuerpo y prepararla para su inserción en uno nuevo. El aspirante debía absoluta obediencia y entrega al dios encarnado en el sacerdote, quien le infligiría brutales maltratos y abusos corporales, sexuales y mentales. El dolor favorecía la apertura del canal necesario para que el alma se desprenda. El proceso podía durar entre uno y cuatro años, y se requería el ofrecimiento a los dioses de dos sacrificios humanos.
Cuando el alma del postulante estaba lista para ser transportada se seleccionaba al donante que era secuestrado o atraído mediante engaños. Para que el espíritu del donante abandonara su cuerpo, eran necesarias brutales torturas y llevarle hasta el umbral de la muerte. Esta fase podía prolongarse en el tiempo dependiendo de la resistencia del alma de desprenderse del cuerpo. Cuando el alma se desprendía, el sacerdote la encerraba en una urna y la del aspirante entraba en el nuevo cuerpo.
En ese momento, el aspirante fallecía y su cuerpo era enterrado en un lugar secreto y anónimo en una tumba que rezaba “No portador de alma” o “cuerpo sin alma”. La urna que contenía el espíritu del donante debía ser escondida y guardada por el sacerdote. Si la urna se rompía, existía el riesgo de que el alma del donante volviera enfurecida a tratar de recuperar su cuerpo.
Otros datos y algunas consideraciones
En una de las tablillas se cuenta la historia de la princesa Narfater que nació con una terrible deformidad física. Su padre, desesperado, solicitó la ayuda de la sacerdotisa de Ur, quien junto a otros sacerdotes sometieron a la menor al ritual. El UrushDaur fue un éxito y la pequeña recibió el cuerpo de una niña sana y más bonita.
El padre de Narfater, satisfecho con el trabajo, obsequió a los sacerdotes con un templo nuevo, dinero y la garantía de desempeñar un papel político en el reino.
Según las esferas, cuando el ritual fallaba solamente quedaban dos opciones: volver a empezar o que el aspirante se convirtiese en sacerdote o sacerdotisa del templo, para que así los secretos del UrushDaur no fuesen revelados.
Quizás el origen de la historia del genio en la botella provenga de este siniestro ritual, haciendo referencia al encierro del alma del donante en una urna. En la literatura, en el cine y en algunos programas o series de TV podemos encontrar alusiones veladas a este ritual. Un ejemplo lo encontramos en la película un viernes de locos de Walt Disney, donde una madre e hija intercambian cuerpos gracias al hechizo de una china.
También en la serie de Netflix, a través de sus ojos, podemos encontrar un guiño poco disimulado a este rito. En la literatura, es muy conocido el cuento de Lovecraft titulado el viejo terrible o el terrible anciano. Este relata la historia de tres ladrones que intentan robar a un hombre mayor pero se llevan una sorpresa al descubrir que el individuo robaba almas de las personas para encerrarlas en botellas. También podéis buscar la novela de Ricardo Espín Bueno titulada UrushDaur la clave sumeria. En este libro, a manera de ficción el autor va desvelando este ritual entre otras cosas.