En el siglo IV, Galicia y gran parte del mundo conocido en aquel tiempo formaban parte del Imperio Romano. En esa época, una monja gallega decide emprender un viaje hacia Tierra Santa, siguiendo las rutas de la Biblia.
Egeria, la monja viajera
Se considera a Egeria como la primera viajera y escritora de habla hispana. En el siglo IV, emprendió un largo viaje hacia Tierra Santa que inició en Gallaecia (Galicia). Durante el viaje, visitó los lugares santos que se mencionaban en la Biblia. De lo poco que se sabe acerca de ella, se tiene constancia de que se trataba de una mujer muy culta. Poseía conocimientos en griego, literatura y geografía, esto hace suponer que era abadesa o superiora en algún convento.
Se cree que era originaria de Gallaecia y que pertenecía a una familia importante en la época. Esto le proporcionó un salvoconducto para emprender su travesía. Precisamente, fue su linaje el que le proporcionó custodia por parte de soldados del Imperio Romano en algunos parajes que eran peligrosos. Algunas hipótesis la vinculan con Teodosio el Grande o Prisciliano.
Se desconoce la edad que tenía cuando emprendió su travesía, sin embargo, el periodista Carlos Pascual piensa que “debía de ser, al realizar su viaje, una mujer de edad mediana (…) No una mujer joven; no se compaginaría ese hecho con el de viajar acompañada siempre de ‘santos varones’, presbíteros, diáconos e incluso obispos. Tampoco una mujer anciana; pues en tal caso, no hubiera podido seguir el ritmo del viaje (…)”
En muchos de los lugares que visitó, fue recibida por altos cargos eclesiásticos, lo cual demuestra que ella era una persona importante. Sin embargo, no existe constancia del lugar y fecha de su muerte.
El libro de Egeria
El erudito italiano Gian Francesco Gamurrini, encontró en 1884, el códice medieval Codex Aretinus 405 en la biblioteca de Santa María de Laicos en Arezzo, Italia. En este manuscrito está registrado el viaje realizado por Egeria a través de una especie de diario llamado Itinerarium ad Loca Sancta. Incluye también unas cartas que la monja dirigía probablemente a las religiosas de su congregación, a las que se dirigía como “mis venerables señoras y hermanas”.
El manuscrito está redactado en latín vulgar y le faltan algunos folios. En él se pueden apreciar los detalles con respecto a los pormenores del viaje. Egeria se encargó de dejar constancia de todo aquello que llamaba su atención. También hace referencia a las costumbres de los habitantes de cada uno de los lugares que visitaba. Este códice, es el relato de viaje más antiguo que se conoce en España.
En un principio, Gamurrini creyó que el texto era obra de Silvia de Aquitania, a quien se le atribuía un viaje similar. Pero, en 1903, Marius Ferotin publicó un estudio en la revista Cuestiones Históricas en el que demostraba que el códice era obra de Egeria. Ferotin pudo llegar a esta conclusión gracias a una carta escrita por San Valerio. En ella se menciona a la monja gallega y proporciona detalles que coinciden con los del relato del códice.
Un fantástico viaje
El deseo de conocer los lugares santos que se mencionaban en la Biblia fue lo que motivo a Egeria a emprender ese viaje. Jericó, Nazaret, Galilea, Jerusalén y Egipto fueron algunos de los lugares que visitó. Recorrió parajes bíblicos como el Sinaí y algunos sitios de la Mesopotamia clásica. La monja detalla con suma precisión cada uno de estos lugares. Tras cuatro años de intenso viaje, decide emprender el regreso a Constantinopla. Allí, escribe una carta mencionando que si le quedaban fuerzas iría a visitar el sepulcro de San Juan de Éfeso. En esta misma carta puede leerse “tenedme en vuestra memoria, tanto si continúo dentro de mi cuerpo como si, por fin, lo hubiere abandonado”. Después de esta misiva se pierde todo rastro de Egeria.
Un halo de misterio envuelve la figura de Egeria, tanto acerca de su persona como de los lugares que visitó. Resulta interesante ver que en sus textos habla de la Epifanía, pero no menciona la Navidad. También es digno de destacar que menciona a discípulos de San Pedro y a éste lo omite. ¿Tendría Egeria algún conocimiento que se perdió en el tiempo? ¿Habría descubierto detalles que no aparecen en la Biblia? ¿Por qué y cómo sus manuscritos fueron a parar a Italia? ¿Qué ocurrió con los folios que faltan en el manuscrito y cuál es su contenido? ¿Qué ocurrió con ella tras su última carta? Esperemos que algún día podamos conocer más acerca de esta valiente monja y los detalles de su gran viaje.
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