¿Qué es el Purgatorio?
Según las enseñanzas de la Iglesia Católica y de gran cantidad de Santos y Laicos, el Purgatorio es un estado de purificación. A este acceden las almas de aquellos que no murieron en la gracia suficiente para alcanzar el Cielo pero cuyos pecados no fueron tan graves como para condenarse. Muchas con pecados graves llegaron al Purgatorio porque se arrepintieron de corazón antes de morir y pidieron perdón sincero a Dios.
Según muchas revelaciones privadas, el alma del difunto se encuentra presente durante su propio funeral. Esta persona con tristeza contempla quien de verdad ora por él y lamenta la pérdida y quien está por otros motivos. Tras el fallecimiento, el muerto ve pasar ante sus ojos su vida a manera de película y puede percatarse de sus errores.
Como estas personas ya no pertenecen al mundo de los vivos, no pueden hacer obras buenas ni reparar sus malas acciones. Por esta razón, dependen de las oraciones y ayudas que puedan prestarles los que aún viven para reducir su Purgatorio y alcanzar el Cielo. A lo largo de la historia han sido muchos Santos y laicos los que han podido ver a las Ánimas del Purgatorio e incluso ayudarlas. Otros, como Santa Brígida, han podido incluso visitar este lugar.
Según la Santa, existen tres niveles en el Purgatorio, el más bajo está muy cercano al Infierno y el sufrimiento de los purgantes es similar al de los condenados. En el segundo grado, los penitentes pueden apreciar solo una parte del esplendor de Dios y del Cielo y sufren por no poder estar allí. En el nivel más elevado, el sufrimiento de las almas se produce por tener tan cerca a Dios y no poder alcanzarle. Según Anna Catalina Emerich, las almas van ascendiendo de niveles hasta conseguir llegar al Cielo.
Eugenia Von Der Leyen y las Ánimas del Purgatorio
Eugenia Von Der Leyen fue una mística alemana nacida en el seno de una familia aristocrática. Esta mujer afirmaba que en el periodo transcurrido entre 1921 y 1929, recibía las visitas de las Ánimas del Purgatorio. Aquellas que la visitaban eran precisamente las que estaban en el nivel más bajo, aquel que colinda con el Infierno. Debido a esto, en gran cantidad de ocasiones, las almas se presentaban ante ella en formas espantosas.
Estas visiones, muchas veces le causaban terror y sobresaltos y en más de una ocasión, recibió algún ataque por parte de estas almas. Era tanto el miedo que experimentaba que muchas veces debía dormir acompañada. La conducta de las ánimas que la agredían se debía a que en ellas se había impregnado un poco de la maldad del Infierno a causa de la cercanía con este.
Eugenia, por ser una mujer muy piadosa y fiel sierva de Dios, aceptaba con resignación y amor la encomienda de ayudar a estas pobres almas. Su director espiritual, le aconsejo que escribiera todas sus visiones en un diario para dar testimonio del fenómeno. Tiempo después, Bruno Grabinski, interesado en estas vivencias, las publicó en un libro titulado Entre el Cielo y el Infierno: Apuntes de un diario sobre apariciones de las Almas del Purgatorio. El libro fue lanzado por la editorial Studivm en 1963, en una única edición, misma que actualmente es muy difícil de conseguir.
En el libro se describen testimonios realmente impresionantes, que pueden poner los pelos de punta a cualquiera. A continuación voy a transmitiros una de las anécdotas que más me impactaron.
Eugenia y una serpiente en la noche
Una noche, mientras Eugenia dormía, la despertó un fuerte silbido, al abrir los ojos descubrió horrorizada una enorme serpiente negra a los pies de su cama. El animal subió hasta el lecho y se enrolló en el cuerpo de la mujer tratando de asfixiarla. Desesperada pidió ayuda a los Ángeles, a los Santos y a Nuestra Madre Santísima.
Cuando Eugenia estaba a punto de desmayarse, la serpiente sufrió un desvanecimiento y cayó al suelo. Ya recuperada, cogió el rosario y con fervor oró por el ser, que le dijo que había sido un hombre fallecido en 1545 en ese lugar. Le explicó que esa forma se debía a sus atroces pecados y por ello estaba en el nivel más profundo del purgatorio.
Eugenia llevó a cabo muchas oraciones, ayunos y penitencias a favor de ese hombre, quien tiempo después volvió a visitarla. En esta ocasión tenía la forma de un anciano monje dominico. El fraile la hizo seguirlo hasta una trampilla en el suelo que conducía a una bodega donde Eugenia descubrió el terrible pecado de aquel varón.
Otros videntes de las Ánimas del Purgatorio
Han sido muchos los que han podido establecer contacto con las Ánimas del Purgatorio y a base de oraciones, ayunos, misas y penitencias interceder por ellas. Entre ellos están San Pío de Pietrelcina, la Beata Anna Catalina Emmerich, Santa Brígida, Santa Catalina de Siena o Santa Faustina Kowalska, entre muchos otros.
Sin embargo, no solo Santos han tenido estas experiencias, también laicos. Entre ellos destaca una mujer llamada María Simma, que era frecuentada por las Ánimas del Purgatorio en busca de su inestimable ayuda. Sus vivencias, fueron recogidas por el periodista Nicky Eltz en su libro ¡Sáquennos de aquí! En la obra, además de relatar sus experiencias, aporta interesante información que las Ánimas del Purgatorio le brindaron.
Los que han contactado con los purgantes afirman que el 2 de Noviembre y el 25 de Diciembre, son fechas en las que más almas son liberadas. También coinciden en que cualquier persona puede ayudar a las Ánimas del Purgatorio, ya sea a través de una oración, un ayuno, una penitencia u ofreciendo una misa. Además, afirman que estas personas se sienten muy agradecidas por quienes intercedieron por ellas y en cuanto llegan al Cielo, son ellas quienes interceden por los vivos.
Si os interesa el tema, otro buen libro del que podéis nutriros es el de María Vallejo-Nágera que lleva por título Entre el Cielo y la Tierra. Por suerte, este es muchísimo más fácil de conseguir que los anteriores que os mencioné.